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Foto del escritorHumberto Guatibonza

A PROPÓSITO DE LA ESPADA DE BOLÍVAR

Postillas de coyuntura - 022/22


Bogotá, agosto de 2022


 

En otra época de la vida, otros tiempos, en otras circunstancias y con diferencias bien marcadas, el que la usó hace ya más de dos siglos era digno de llevarla y la empleó como medio para defender una tiranía y fue considerado como “El Libertador”.


La espada, en el pasado y en el presente, desempeña un papel significativo en los ritos y tradiciones de las personas en armas al servicio de la nación.

Es el símbolo de jerarquía militar y policial, de su virtud, la bravura, así como de su función, y poderío.

El poderío tiene un doble semblante:

· El destructor, aunque esa destrucción pueda aplicarse contra la injusticia, la maleficencia y la ignorancia y, por ello, llegar a ser positiva;

· El constructor, pues, establece y mantiene la paz y la justicia.


¿Porque utilizar la espada de Bolívar en un acto público que debiera marcar el inicio de un ciclo o periodo de gobierno dentro de una tradición democrática de la nación?


Como cuándo un lobo quiere parecer una oveja. Nunca un lobo llegará a tener la altura e inocencia que marcan comportamientos diferentes. El uno carnívoro y salvaje, el otro domesticado y de gran provecho para el ser humano.

Mientras que Bolívar un héroe de la época defendió con su espada y su ejército, las libertades y los derechos violados por la tiranía española; hoy no habría certeza de cuales derechos y libertades son violentadas en Colombia, que requieran blandir la espada del libertador por cuanto existe un sistema de gobierno soberano y democrático, que ha defendido la constitución y la ley.


No se identifican cuales libertades y derechos fueron violados por los gobiernos precedentes en la ya larga tradición democrática de la nación a los agentes generadores de desorden que han asesinado por más de 50 años a los colombianos y han reclutado ilegalmente a menores de edad; así como han secuestrado, extorsionado a cientos de nacionales y extranjeros con fines económicos y en ningún momento por violaciones de las libertades y derechos.


¿Será que son violados los derechos de los narcotraficantes al ser extraditados a Estados Unidos para que respondan por el tráfico de estupefacientes a nivel internacional?


Las espadas en la tradición se relacionan también con la razón, que reúne a la vez los atributos de bondad y de poder.


La espada que un día se hurtó el grupo subversivo M-19, autores de la toma del palacio de justicia auspiciados por el narcotráfico a la cabeza de Pablo Escobar, hoy se vuelve a mostrar cómo si fuera un trofeo u premio, indigna posición de los que no merecen ostentar la personalidad del libertador Simón Bolívar.

· ¿Qué diferencias desproporcionadas existen en la aplicación de la ley y porque no se ha aplicado en forma imparcial a los delitos cometidos contra ciudadanos colombianos de todo orden y condición?

· ¿Por qué no se juzga a todos los que han violado la ley?

· ¿Por qué no condenan a todos los violadores derechos humanos?


Acaso no son humanos los campesinos, soldados y policías asesinados por los diferentes grupos subversivos o bandas delictivas en diferentes acciones criminales.


La justicia colombiana ha sido implacable en la aplicación de la ley a los servidores públicos, que se han apartado de los lineamientos del estado social de derecho. De otra parte, la opinión pública y los medios de prensa no han tolerado injustificados ni aparentes malos procedimientos de autoridades civiles, militares o de policía.


Un País libre de crímenes debe empezar por que todos sus lideres tanto en el orden ejecutivo, legislativo y judicial reconozcan sus propios delitos, de tal manera el que se “encuentre libre de pecado que tire la primera piedra”, como sucedió en la antigüedad y se narra en la sagrada escritura. Probablemente muchos por no decir todos darían la espalda por cuanto no quieren ser juzgados también.


Colombia, tal vez, si necesita cambios profundos en la gobernabilidad, en la política, en las instituciones, en la educación, en la aplicación de los impuestos, en la asignación de sueldos a personas que no laboran, en hacer responsables a los comprometidos en los hechos de corrupción.


La justicia no debe ser para unos sí y para otro no. La impunidad no es la solución. En este país de tanta desnivel y desequilibrios deben plantearse soluciones drásticas y efectivas. Hay que acabar con la maldad de unos y otros que le han fallado a la sociedad. La justicia debe ser para todos y sin excepciones y en especial para aquellos que se roban los recursos de todos los colombianos, quienes deberían responder con una pena multiplicada al mil por ciento.


El significado verdadero de la espada del Libertador Simón Bolívar debe ser la aplicación de la justicia, sin dilaciones, ni temores, sin fueros, sin dispensas y debe ser el único resultado de todo acto injusto.


Solo así la espada del libertador representara el poder y la autoridad dirigidos con justicia y equilibrio.

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