Postillas de coyuntura -043/23
Bogotá, diciembre de 2023
➢ El contexto El censo del departamento nacional de estadística del 2021 nos mostró esta radiografía en torno al tema que nos ocupa1 . Fueron censadas 6.248 personas en situación de calle, donde el 87,6% son hombres y el 12,4% son mujeres.
• Las principales razones que llevaron a las personas a habitar calle fueron el consumo de sustancias psicoactivas, 4 de cada 10 de las personas (33,5%), reportaron que su inicio se debe a este tipo de sustancias. Las sustancias que más consumen son cigarrillo, basuco, marihuana y alcohol. Esta es una situación repetitiva en los censos de los años anteriores. Después, conflictos o dificultades familiares (25,7%). Luego dificultades económicas (15,4%), por gusto personal (7,8%) y falta de trabajo (7%).
• Los conflictos familiares o las dificultades económicas, son el segundo factor relevante para el inicio de la vida en las calles, por parte de los censados. • Los grupos de edad que más se destacan son personas entre 25 a 44 años, representando el 50% del total. Junto a ello, de los 5.343 habitantes de la calle, 1.963 nacieron en un municipio colombiano diferente al de la entrevista, representando el 36,7% • El ejercicio estadístico del 2021 en términos de alfabetismo, mostró que el 16,9% de los habitantes de calle respondieron no saber leer ni escribir.
• El nivel educativo de esta población, censada por entrevista directa con una muestra de 5.340, el 23% cuentan con básica secundaria incompleta. El 16% no tiene ningún tipo de estudio, el 15,9% tiene la básica primera incompleta, el 15,9% tiene la básica primaria completa. Solo el 13,9% tiene la media técnica incompleta. Junto a ello, el 83,1% afirma que sabe leer y escribir. En contraste, el 16,9% no sabe hacerlo.
• Finalmente, la caracterización del Dane evidencia que más del 60% de los habitantes de calle llevan en esa condición cinco años o más.
Los 6.248 habitantes de calle están en 444 municipios en 26 departamentos. El Dane además encontró que hay 357 municipios con certificado de no habitabilidad de calle.
• Asimismo, la mayoría no pertenece a ningún grupo étnico. Solo el 10,5% son negro, mulato, afrodescendiente o afrocolombiano. Entre su orientación sexual, el 91,3% se definen como heterosexuales.
• La forma en que la mayoría genera ingresos es recogiendo material reciclable (36,2%). También, limpiando vidrios o cuidando carros (21,2%); pidiendo, retacando, mendigando (20%) u otra actividad (16%).
• La población consultada también reveló que no suele tener contacto con una persona de su familia (40,2%). A su vez, el 24% tiene contacto con su mamá y el 17,3% con alguno de sus hermanos.
• De los 5.343 habitantes de la calle, 2.315 manifestaron que recibieron ayuda de alguna red de apoyo, representando el 43,3%. El 47% fue contactado con esta red por un familiar y el 24,1% por una institución oficial. La mayoría (74,8%), a su vez, reconoció que no tiene conocimiento de los programas de las alcaldías para ayudarlos.
• Sobre sus condiciones sanitarias señalaron que los mayores problemas de salud que los aquejan son las molestias dentales, dificultades respiratorias y dolor abdominal o diarrea. Sobre las enfermedades crónicas se resaltan la hipertensión, la diabetes y la tuberculosis.
Consideraciones ante la percepción de inseguridad que generan los habitantes de calle Es Frecuente en las principales ciudades del país observar personas que por su condición física demuestran ser habitantes de calle, los cuales no cuentan con la ayuda que el Estado debiera darles por cuanto no tienen la capacidad de enfrentar necesidades y problemas que los mantienen en las calles, en los parques y en diferentes lugares públicos. Las administraciones municipales dan algún apoyo que no resulta suficiente para estas personas que requieren de alimento, una vivienda o una cama que demanden una mejor calidad de vida. Se utilizan estrategias equivocadas y no se aplican programas que permitan lograr la rehabilitación definitiva para la inclusión social lo cual esta preceptuado en la en la ley 1641 de 2013, Art. 2 y 5 De continuo en los lugares públicos piden dinero que no necesariamente es utilizado en alimento y al contrario es destinado a la compra de alucinógenos u otro tipo de sustancias que en lugar de ayuda a mejorar su condición de vida, su consumo los lleva a tener condiciones más complejas por cuanto deterioran cada vez más su salud.
El Estado debiera hacer un mayor esfuerzo a partir de la información estadística oficialmente levantada estudiar y analizar los problemas diversos que enfrentan los habitantes de calle en el País, para buscar solución y atención a este fenómeno social que genera impacto negativo en la percepción de seguridad.
En algún momento de su vida algunos de los habitantes de calle han hecho parte de las estadísticas de agentes generadores de la inseguridad reinante en el país ya que para llegar a solucionar en parte los problemas de la adicción a las drogas se dedican a amenazar a la población para conseguir dinero o están participando de acciones de desvalijamiento de vehículos y asalto a viviendas para lograr recursos económicos para la compra de estupefacientes que cada vez desmejoran más sus vidas. Los diferentes problemas sociales demandan de los gobiernos y las instituciones una mayor atención y asignación de recursos para mejorar las condiciones de seguridad y calidad de vida de los colombianos.
➢ Conclusiones Los habitantes de calle son un fenómeno social plenamente identificado y registrado que por más de 50 años no ha tenido respuestas contundentes por parte del Estado. La percepción de seguridad en las ciudades se debe trabajar desde temas como este identificados y que con esfuerzos relativamente sencillos, pero eficaces ayudan al mejoramiento del sentimiento ciudadano con relación a la seguridad. Este fenómeno es una clara situación de minorías que por negligencia, poco interés o preocupación de quienes ejercen el poder y función de policía (legisladores, gobernadores y alcaldes) se convierten en motivos de seguridad que impactan la percepción de los ciudadanos. Los responsables de las actividades de policía, sin herramientas legales, instalaciones para reubicación y asistencia social, psicológica y médica, poco o nada pueden hacer ante este fenómeno y si ser objeto de la estadística que sobre abuzo policial refieren estos ciudadanos. La implementación de la Política Pública Social para Habitantes de la Calle 2022-2031, debe ser una realidad de cumplimiento en el plazo diseñado, si no es menos.
Los centros de integración social2 deben ser una realidad y dar resultados en torno a la solución del problema y no paliativos de algo de comida, baño, o espacio para mal dormir, sino lugares donde entre el habitante de calle y salga un ciudadano agradecido y empoderado por el Estado.
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