Postillas de coyuntura - 024/23
Bogotá, junio de 2023
Es el racionamiento juicioso de ciudadanos expectantes.
Interrogante tras interrogante surgen:
• ¿Cuántos políticos en preelectorales se comprometieron con el pueblo en conseguir la paz y no lo consiguieron?
• ¿Qué puede necesitarse para llegar a obtener la paz anhelada por la mayoría de los colombianos?
Hasta el momento, todo ha sido solo promesas que con la sola disposición no se consigue.
No son las palabras, no basta sentarse en una mesa a discutirse temas tan trascendentales que han quedado en el tiempo en solo intenciones.
Que no es con las armas y que es con las palabras que se llega a puntos de acuerdo, pero estos nunca serán suficientes para lograr obtenerla, ya que cuando se cree que todo está hecho y favorece a ambas partes resultan desacuerdos.
No es ceder espacios, conceder cargos públicos, entregar las armas, reinsertarse en la vida civil, si persisten en malas jugadas por debajo de la mesa. Cómo si se firmara simplemente un documento de acuerdos, pero internamente pensando en: “Yo puedo sacar ventaja política o militar en esta negociación ya que digo que voy a ceder o a entregar algo importante, pero que no lo hago en su totalidad”.
Seguirán atentando contra el gobierno, sus instituciones, pero en los que representan al Estado como tal, que son los uniformados de la fuerza pública, llámense soldados o policías o funcionarios de otras categorías que no son los que discuten los puntos de acuerdo, pero que encarnan la autoridad de la nación. Siempre seguirán siendo los que pongan los muertos.
Y quién cuidará la población civil en medio del conflicto; quienes sin armas son objetivos militares para mostrar fuerza frente a posibles diálogos en el futuro. Qué hay compromiso del cese al fuego que también queda en solo palabras de cajón sin valor ni responsabilidad.
Que difícil llegar a entender la paz, parece que fuera más fácil hacer la guerra o más fácil asesinar, extorsionar o vivir del crimen organizado porque interesa lo material o físico y no se avanza a una sociedad donde se respete la vida y los derechos y libertades de las personas.
Tan solo diez días atrás se cometió otra acción terrorista o terrorífica con resultados trágicos donde perdieron la vida tres personas y otras resultaron gravemente heridas, hecho que será de celebración por su resultado en la región donde se presentó por los delincuentes narcoterroristas de la guerrilla, mientras que en otros sitios de Colombia llorarán a las víctimas. Hace cinco días miembros de la fuerza pública adscritos a una unidad para desminado humanitario, fueron retenidos, despojados de sus elementos de trabajo y obligados a salir de la zona de trabajo, so pena de muerte
· ¿Cuántas tragedias más de este tipo sembrarán más muerte en el País?
Ahora el gobierno nacional del presidente Gustavo Petro parece inerme y a lo mejor comprometido con los crimínales que cometieron este fatal hecho en Tibú, Norte de Santander; atónitos vimos también como jóvenes soldados imploraban por su vida a sabiendas de las sanciones que podrían ser objeto por ese clamor de apoyo.
Por qué ya no hay acciones de fuerza en contra de los asesinos, secuestradores que protagonizaron estos hechos violentos donde la muerte y el peligro acecha.
· ¿Que necesitará ahora el gobierno para contrarrestar estos crímenes?
· ¿Seguirán permitiendo que sigan con acciones terroristas asesinando colombianos?
· ¿Seguirán las autoridades administrativas de policía, clamando acciones contundentes para restablecer el orden legitimo en sus zonas de responsabilidad?
¡¡¡Despierte gobierno!!!
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