Postillas de coyuntura - 014/21
Bogotá, junio de 2021
Imagen Semana.com
movilizaciones en contra de los bloqueos y en respaldo a la fuerza pública
Vemos y conocemos a través de la historia las diferentes formas de comportamientos en el ser humano, con tendencias hacia el bien o el mal y aún no entendemos las circunstancias en nuestras vidas y el proceder de unos y otros. Estas conductas han llevado al ser a tener una tendencia, una ideología, una corriente o a adquirir costumbres, hábitos y actitudes diversas.
Las ideas políticas nacen de la forma de pensar y de sus intereses, y también pueden tener relación con una creencia.
Muchos piensan que hacer todo bien, conlleva un resultado positivo. Pero otros seres realizando lo contrario creen que también lograrán el mismo resultado, según su criterio, expectativa o provecho esperado.
Parece que una mínima parte de la sociedad no le interesa aprender de la historia. Colombia ha vivido diferentes tipos de violencia y para no ir muy lejos hoy alcanzamos a recordar el ataque que alcanzaron a tener nuestros Padres y Abuelos en el siglo pasado, relatado por ellos mismos y relacionado con la violencia bipartidista, asesinatos, agresiones, persecuciones, masacres, destrucción de la propiedad privada, desplazamientos y terrorismo por filiación política, con resultados nefastos en la sociedad colombiana. Hechos que de una u otra forma vemos en nuestro País, actualmente, con el agregado del narcotráfico, la corrupción en todos los niveles, la presencia de bandas delincuenciales dedicadas a la comisión de múltiples delitos dentro de los cuales se resalta el secuestro, la extorsión, la violación de derechos fundamentales y libertades inherentes al ser humano; hechos destacados por criminales por la falta de un sistema legal que debe estar representado por el Estado con medidas y sanciones que corrijan el mal proceder o conducta de los desadaptados.
¿Tenemos que seguir repitiendo la historia del salvajismo, en medio de una civilización de tantos años? La sociedad no puede justificar la mala actuación de unos pocos con el decir: “Esto es porque el descubrimiento de América lo realizaron personas de las peores condiciones humanas…”. Esto ya no debe considerarse de tal forma, porque más bien no organizamos nuestras ideas y nos proyectamos a construir un mejor país. ¿Por qué no corregir lo que haya que corregirse para ser mejores, no depende del gobierno y de toda la sociedad administrar mejor los recursos?
En un país como Colombia, dónde viven personas emprendedoras, animadas, entusiastas, trabajadoras; es para vivir mejor. No pensemos con egoísmo, con intereses particulares; ¿acaso no queremos nuestro País y no deseamos lo mejor para nosotros mismos?
Es hora de apagar definitivamente la maldad, como propósito mezquino, dañino y desproporcionado; para exigir un deber y obligación legitimas de los gobernantes o autoridades. Hay que observar la necesidad y la preocupación de unos y otros por una mejor sociedad, optando por prevenir el daño injustificado de las libertades y los bienes de todas las personas. Pensando en construir para el futuro, sin esperar el reclamo; escuchando y satisfaciendo las necesidades de toda la sociedad.
¿Por qué no tener todos la misma bandera? ¿Por qué no estar en el mismo lado todos, sin rivales? Dónde exista el progreso social, acompañados de la legitimidad y el orden. Porque no llegar a puntos de acuerdo, conveniencia, reconciliación. Para que exista paz y tranquilidad no debe haber puntos de discordia, si buscamos el bienestar de todos. Encontrémonos para construir y que no se aumente el odio, que haya respaldo en las decisiones tomadas, por cuánto hicieron parte del consenso de la mayoría. Donde no existan las envidias, el orgullo, abusos y toda clase de males derivados de propósitos diferentes al interés de toda la población.
Hagamos el bien y rechacemos el mal, en todo tiempo.
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