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COLOMBIA UN PAÍS QUE TIENE EN RIESGO SU DEMOCRACIA

Postillas de coyuntura - 005/24

 

Bogotá, febrero de 2024


 


Una Nación como Colombia, con gente buena y tantas riquezas, pero con niveles de impunidad altísimos, se ve en riesgo por la corrupción, la mala política, gobernanza, presencia de bandas criminales, y problemas sociales, que han afectado el bienestar de todos los colombianos. El país decrece en su economía y aumenta la inseguridad y falta de autoridad.


 La democracia en el País, criticada por unos, admirada por otros y usufructuada por una minoría, se ha mantenido como sistema de gobierno en proceso de maduración durante siete décadas.

 

En el discurso político del momento, se presenta el sistema gubernamental, como un aparente fracaso por cuanto en el entendido de algunos no avanza en el mejoramiento de las necesidades básicas y prioritarias del País, donde tampoco se ha podido controlar la corrupción y hacer la Paz con los armados ilegales y menos controlar la delincuencia de diferentes ropajes, temas con lo que más se han comprometido los gobiernos en los últimos treinta años.

 

Sin embargo el colombiano del común, percibe que la propuesta del cambio utilizado por el gobierno en turno, empeora la situación cada vez más, al no ejercer la suficiente autoridad en contra de los actores ilegales a quienes ha cedido espacio en gran parte del territorio nacional. El respaldo de doble vía a gobiernos comunistas que han desmejorado en las condiciones de vida a sus nacionales deja entrever una política fracasada a partir de ideologías progresistas equivocadas y maquiavélicas.

 

De otra forma, los armados ilegales mantienen su filosofía a todas luces al margen de la ley, apoyados por el tráfico ilícito de estupefacientes y la explotación minera ilegal, amparados por el respaldo que en su momento dieron al candidato comunista, hoy presidente.

 

La política de paz total que ha sido objeto de reproche social por cuanto se percibe como un compromiso con delincuentes en la cárcel y narcotraficantes en diferentes zonas del país a cambio del apoyo ilegítimo a la campaña política para llegar a la Presidencia de la República y que se evidencia por la ausencia de acciones legales para contrarrestar las acciones criminales que están afligiendo a los colombianos, en aumento imparable por falta de autoridad y decisiones políticas que les da miedo enfrentar.

 

El sistema legal[1] en la nación no cumple o ejecuta una función efectiva que lleve los criminales a la cárcel para que respondan conforme a una justicia que retribuya a las víctimas sus derechos y reconstruyan el tejido social del País desgastado por la política corrupta que cada vez se apropia de los recursos económicos del País.

 

Cuando las personas que han sometido sus nombres a consideración de la comunidad, pero que adquieren compromisos desde las campañas políticas que los lleva a cargos de elección popular, al ser elegidos se ven inmersos en el uso  de diferentes artimañas criminales en asocio patibulario con contratistas y funcionarios en diversos grados, con el resultado del incremento de costos en la compra de bienes y servicios necesarios o en contratos de obra o asesorías en cargos fantasma que lo que afectan el erario público sin consideración y sin temor a enfrentar procesos legales y sanciones. Esta en mora la ciudadanía de rechazar y condenar toda conducta criminal o practica omisiva por quienes ostentan el poder legal en cabeza hoy de tantos gubernativos que han llegado a la dirección de los órganos ejecutivo y legislativo con su patrocinio y elección.

 

Colombia está en cuidados intensivos sin solución y sufre el desprecio de políticos y todos los infractores de la ley, a quienes les interesa es enriquecerse ilegalmente por cuanto el sistema legal tiene grandes deficiencias y solo favorece a los criminales.

 

Colombia necesita con prioridad modificar el sistema legal[2], ya que sus resultados nos llevan a la impunidad, aumento de los impuestos, inseguridad y a la destrucción de la economía y el desarrollo social sostenible de la nación y es parcializada.

 

Con la proterva dirección y liderazgo de una persona con una imagen más sobre dimensionada de sí mismo, con un egocentrismo reflejado en que el país le queda pequeño y pasa a trabajar para convertirse en un líder mundial y tutelar de la causa contra el cambio climático. Donde ineficaz e ineficientemente no solo persigue redimir a Colombia de 200 años de mal gobierno, sino a la humanidad entera de su inminente extinción.

Un presidente que sostiene ser el depositario de una misión histórica, contrasta con una nula capacidad para gestionar lo real y concreto. Mientras se engrandece a avizorar desde el cosmos los males de la humanidad, su núcleo familiar se enriquece con dineros del narcotráfico y derroche del tesoro público tanto al interior como en el exterior del país. 

La distancia abismal que hay entre sus ideales y sus logros, entre la imagen que tiene de sí mismo y sus capacidades reales, convierten al actual presidente en un personaje funesto. Convicto del autoengaño y al victimismo, imputa su inevitable fracaso no a su ineptitud sino a la maquinación de los malos. Lo fascinante es que su desgarramiento es el drama humano por excelencia. 


La cercanía como asesores de confianza de personajes como Xavier Vendrell[3], promotor del “Tsunami Democràtic”[4], en  España, el permanente incumplimiento de agendas de importancia para su gestión de gobierno con excusas como que el presidente no madruga, y la repetición de partituras utilizadas por sistemas progresistas para acosar a las instituciones democráticas que mantienen el equilibrio de poderes dan evidencia de su pequeñez, mediocridad y violencia que contrastan con una verborrea candorosa.

Nunca estamos a la altura de nuestros deseos o ideales, nuestra imaginación siempre más potente que nuestra voluntad. La fatalidad para Colombia es tener que presenciar la tragedia humana en el palacio de gobierno, que paso a paso desarticula el sistema democrático existente, y pretende utilizar el sistema legal[5], para sus fines y propósitos de llegar al modelo dictador que como tenemos de referente no trae cosas buenas para la gran mayoría de ciudadanos.

Se necesita la figura de un mesías que a partir de conocer nuestra realidad y dentro del trazo democrático de la nación la saque de su decrecimiento y mejore las condiciones que requieren los colombianos.


 


[1] Los sistemas legales son esenciales para cualquier sociedad civilizada. Funcionan como el conjunto ordenado y coherente de principios y reglas que regulan las interacciones humanas y proporcionan un marco para la resolución de disputas. En el sentido más básico, un sistema legal es un mecanismo institucionalizado para la creación, interpretación y aplicación de las leyes en una sociedad dada.

 

[2] El propósito principal de un sistema legal es mantener el orden y la paz social, protegiendo a los ciudadanos y garantizando la coexistencia armoniosa. Esto se logra a través de la creación de leyes, que establecen las normas de conducta aceptables, y la imposición de sanciones o penas por transgresiones contra estas normas. Además, los sistemas legales trabajan para resolver conflictos y disputas que surgen entre individuos, empresas e incluso naciones. Estas disputas pueden ser de naturaleza civil o criminal y pueden abarcar una amplia gama de áreas, desde contratos comerciales hasta delitos violentos.

[3] Xavier Vendrell militó en el llamado grupo terrorista Terra Lliure(1991), una organización que abogaba por la independencia catalana. En su militancia en dicho grupo, participó en dos atentados terroristas con bombas: el primero, el 8 de septiembre de 1989, contra una oficina del INEM de Hospitalet de Llobregat y el segundo, el 7 de abril de 1990, contra la compañía Hidroeléctricas del Segre en Olesa de Montserra.

[4] Tsunami Democràtic (TD) Utiliza el ciberactivismo en las redes sociales como su principal medio de comunicación. es una plataforma independentista catalana. Su creación en agosto de 2019 tuvo como objetivo responder a la sentencia del juicio del procés, donde se presentó públicamente y desde entonces ha estado involucrada en protestas masivas, principalmente en Cataluña. Estas manifestaciones han desencadenado graves disturbios públicos que están siendo investigados como presuntos delitos de terrorismo por el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional.

[5] El sistema legal también tiene el propósito fundamental de garantizar la justicia y la igualdad. En teoría, un sistema legal efectivo debería tratar a todos por igual, independientemente de su estatus social, género, raza, religión o cualquier otro factor. Debería proporcionar a todas las partes en una disputa un juicio justo y equitativo, garantizando que los hechos se presenten de manera imparcial y que se administre justicia de acuerdo con la ley.

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