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De Chávez a PetroSocialismo siglo XXI / Progresismo

10 de mayo de 2023... marcó la diferencia para Colombia


 

Postillas de coyuntura - 023/23


Bogotá, mayo de 2023


El socialismo siglo XXI o progresismo para algunos, tiene una ruta trazada para lograr el control del continente latinoamericano.


 


Dos referentes

Chávez se formó en la Academia militar de Venezuela, creció viendo las necesidades e injusticias de su pueblo. Llegó a convencer y a tomar el control del país por la fuerza, golpe de Estado fracasado, por el cual fue juzgado y condenado con el paso de los días amnistiado y con una campaña política aparentemente limpia logró llegar al poder mediante las urnas.


Petro por el contrario se formó en un movimiento subversivo con odios, resentimientos hacia el establecimiento, hacia la nación hacia los valores que representan al país. Por su actividad subversiva fue encarcelado y en conjunto con otros miembros de esa guerrilla y gracias a la majestad y grandeza del Estado, su movimiento subversivo y él reciben el beneficio de la amnistía y pasa a gozar de los privilegios y favores de la democracia colombiana. Fue funcionario diplomático del gobierno colombiano, posteriormente asume el liderazgo político en el congreso haciéndose partícipe de más prebendas con las que gozan los representantes del pueblo colombiano. Acudiendo a las urnas y en un tercer intento es elegido presidente de la República.

Siguiendo el modelo y una partitura establecida, el presidente Petro, sale al balcón, y arenga a sus partidarios e invita a defender en las calles sus propuestas de cambio. Discursos permanentes en escenarios donde no puede ser debatido, es su constante. Pregonar promesas indelebles de difícil cumplimiento, es de la cotidianidad. Enarbolar proyectos que no son fáciles de cumplir por Colombia como país en vías de desarrollo con limitaciones económicas, sociales, muy lejos de la capacidad financiera de grandes naciones, son permanentes. Cuenta si con una amplia red social de difusión de sus creencias, hábilmente manejada por expertos en el tema, donde el nombre Petro retumba y se mantiene en el imaginario colectivo sin importar verdades o mentiras.


Dónde está la diferencia

La diferencia radica que mientras Chávez tenía el respaldo de las fuerzas armadas venezolanas porque fue uno de ellos; Tenia la credibilidad entre la comunidad por que fue uno de ellos, esbozó un discurso anti-establecimiento y de cambio, respaldado por su ascendencia militar.


Caso contrario, Petro no cuenta con la aceptación de la totalidad de la sociedad, mucho menos de la reserva moral de la nación. La razón es sencilla. Ha maltratado a Colombia, ha maltratado su constitución, ha maltratado a su sociedad. El pasado de sangre y terror representado en secuestros, extorsiones, asaltos a poblaciones, homicidios de civiles y militares así hayan sido perdonados, no se olvidan, ni por la sociedad colombiana, ni por su hueste subversiva que de tiempo en tiempo agitan sus banderas y preceptos de guerra y destrucción donde la permanencia en el poder democráticamente adquirido, se convierte en una necesidad a toda costa.


Aducen que tienen mayorías, que no son ciertas. El juego democrático le permite gobernar con la mayoría alcanzada en las urnas que no están cerca de la mayoría de la población colombiana con la posibilidad de elegir. El resultado final arrojó una abstención del 41,93%. del censo electoral.


La fuerza pública colombiana ha demostrado el profesionalismo y la esencia democrática de los hombres y mujeres bajo banderas y su rol en la consolidación de la democracia y esta es la gran diferencia con el caso del país vecino.


Una convocatoria libre y democrática

El pasado 10 de mayo, la “Reserva moral”del país realizó una convocatoria y concentración en la plaza de Bolívar de Bogotá, como también reuniones en otras importantes ciudades capitales, para expresar que está vigilante y atenta de lo que pueda pasar con esta patria. Que no se piense que la reserva es tonta, idiota o bruta. La reserva piensa y quiere a Colombia. Los mejores años de su vida se entregaron al país y son miles de colombianos bajo bandera, que han llegado a morir por defenderla. Esa reserva no puede aceptar que eventualmente se atente contra la propiedad privada, la seguridad de nuestras ciudades o la tranquilidad de nuestros campos, mucho menos la democracia de nuestro país por unos intereses mezquinos y foráneos.


Efectivamente, cientos, miles, cerca de seis mil o siete mil, hombres y mujeres, veteranos de la fuerza pública en un evento sin precedentes en la historia democrática del país, se presentaron en la plaza de Bolívar, para expresar su malestar e incomodidad con el desempeño de este gobierno.


No hubo necesidad de desplazar la fuerza policial, mucho menos emplear las unidades antidisturbios. Antes que nada, la reserva de la Fuerza pública son ciudadanos pacíficos que respetan las libertades y derechos de los demás ciudadanos y desean disfrutar sus años fuera de cuarteles, bajo el cobijo de la democracia que se ha contribuido a desarrollar en esta patria colombiana.


Convocatoria sin precedentes donde no hubo, carpa para pagar la asistencia, ni sindicatos que invitaran y ofrecieran comida y prebendas. Se asistió por conocimiento y convicción.


No hubo invitaciones de las entidades gubernamentales, ni permisos especiales, ni publicaciones pagadas por el gobierno en los medios de comunicación, ni panfletos, ni convocatorias obligatorias. La reserva se moviliza autónomamente por evidenciar riesgos para la salud de la nación.

No hubo desórdenes, ni afectaciones al comercio, ni a la movilización y circulación de los demás ciudadanos. No hubo afrentas intimidantes, ni insultos, ni faltas a la dignidad y respeto de las personas, ni falsedades ni mentiras. No hubo palos, ni machetes, ni vulgares desfiles intimidatorios de fuerza o muestras de poder o autoridad autoproclamada.


Lo que se observó fue: orden, disciplina, respeto, amor por la patria y sus símbolos, dolor por los compañeros fallecidos con quienes se luchó hombro a hombro por La Paz, la ley y la tranquilidad de Colombia.


Esta es la Colombia que el petrismo no quiere ver ni aceptar, la Colombia que tiene valores, que respeta la democracia, que quiere llamar la atención de todos los ciudadanos para que despierten del engaño del falso cambio, o el verdadero salto al vacío, el retroceso de la economía y desmejoramiento de la calidad de vida de los colombianos. Además del desmoronamiento de la democracia.


Para tener presente

Los Militares y Policías en situación de reserva y veteranos de un largo e interminable conflicto han trabajado a lo largo y ancho de Colombia, han sufrido y compartido con el pueblo colombiano, la violencia, la desigualdad y la corrupción de otros y este gobierno, pero tienen claro que la razón, el conocimiento, la lógica, no tiene ideología, los problemas no son de derecha, ni de izquierda, ni de centro, son reales, la inflación no es roja o azul o verde, es el crecimiento continuo de precios, por escasez de producción con la consecuente pérdida de capacidad de adquisición de las personas, cualquiera que sea su raza, color o sexo, decir el Presidente o la Presidenta, el General o la Generala, los estos y las estas y las otras, no soluciona los problemas, los distrae, los minimiza y cambia la perspectiva de la realidad.


Importante para la salud de la patria que el presidente Petro y su círculo de poder, no desprecien, ni descuiden el mensaje que se quiso transmitir, la reserva moral del país no está divida, no son pocos, son muchos más de los que creen y son una fuerza que está atenta y despierta a los acontecimientos del país.


Presidente Petro, respete y respete a Colombia, si a los cambios, no al atropello, no a la imposición de ideologías, no al desmejoramiento y decrecimiento de empresas, de la economía, si a las reformas, pero consensuadas y discutidas, si al respeto y autonomía de los poderes Judicial y Legislativo.


Las reservas y veteranos de la fuerza pública no le pertenecen a ningún partido. Son de Colombia, aman su tierra y respetan su constitución.

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