Postillas de coyuntura - 011/24
Bogotá, junio de 2024
CONTEXTO
El terrorismo es un desafío global que ha evolucionado a lo largo del tiempo.
El Índice de Terrorismo Global 2024 registrado por el “Institute for Economics & Peace[1]”, evaluó la amenaza terrorista en 163 países, señaló que, aunque el total de atentados disminuyó, las muertes causadas por el terrorismo aumentaron un 22%, alcanzando el nivel más alto desde 2017.
Destaca entonces que los atentados son más mortíferos, lo que refleja una intensificación del terrorismo con menos grupos involucrados pero un mayor número de víctimas mortales.
Con relación al epicentro del Terrorismo el informe señala que se ha desplazado de Oriente Próximo a la región del Sahel Central en el África subsahariana. Resalta que más de la mitad de las muertes por terrorismo ahora ocurren en esta región, que representa el 47% del total.
El documento destaca la importancia de desarrollar un enfoque en la Paz a través del diálogo, resaltando que además de las acciones militares, se debe buscar el diálogo con grupos armados para lograr acuerdos de paz. A manera de ejemplo señala los acuerdos de paz de Colombia con las Farc 2016.
El documento enfatiza que para enfrentar el terrorismo se requiere una miscelánea de medidas militares, políticas y sociales, y una evaluación constante para adaptarse a las circunstancias cambiantes, donde Colombia no es la exepción.
Nuestra realidad
La violencia no da tregua en Colombia y no se percibe un compromiso serio y responsable por parte del actual gobierno para combatir el terrorismo, adicional a la existencia de evidencia y eventos de que llegó al poder con engaños y en forma ilegal.
Los ataques terroristas de las disidencias de la guerrilla de las FARC, el ELN, están afectando directamente a la población civil a los uniformados de la fuerza pública y la economía del país.
La presencia de estos grupos terroristas que nunca han querido al país y disfrazan sus verdaderas motivaciones, no se dialoga, se combate por cuanto ya han perdido todas las oportunidades y ello se demuestra con todos los procesos de negociaciones que han tenido con diferentes gobiernos.
Los hechos recientes en el departamento de Nariño que dejaron como resultado trágico la muerte de tres personas y heridas a doce; Los atentados dinamiteros en el Cauca, y municipios aledaños a la ciudad de Cali, muestran la barbarie e irresponsabilidad de los criminales que se han beneficiado por las drogas ilícitas la explotación ilegal de la minería y un sinnúmero de crímenes mediante los cuales se financian y sustentan y enfilan sus actividades terroristas contra el país.
Las acciones y respuestas de las autoridades legítimas en contra de los terroristas no deben seguir dependiendo de unas mesas de negociaciones dentro de un proceso de paz fallido.
El estado no debe seguir permitiendo que estos grupos de desadaptados sociales sigan atentando contra la población civil. A la mesa de dialogo deben llegar con verdadera intención y voluntad de paz y no de exigencias sin fin, que solo benefician a una minoría en perjuicio de los generadores de progreso y la sociedad cansada de concesiones sin respuestas a la tranquilidad y pacificación de la nación.
Lo que se debe hacer
Trabajar en una estrategia global contra el Terrorismo, partiendo que toda expresión de lucha que atente contra la vida e integridad de las personas debe ser perseguida en todas las naciones. No puede existir el concepto de terrorista y motivación buena o mala.
Generar una cadena de esfuerzos departamentales, nacionales, regionales e internacionales contra el terrorismo.
Esta sumatoria de esfuerzos se debe cimentar en cuatro aspectos:
· Acciones para hacer frente a las condiciones que propician la propagación del terrorismo.
· Acciones para prevenir y combatir el terrorismo.
· Acciones destinadas a aumentar la capacidad de los Estados para prevenir y luchar contra el terrorismo.
· Acciones para garantizar el respeto de los derechos y la aplicación de la ley en la lucha contra el terrorismo1.
La fuerza pública debe tener la mejor capacidad de respuesta, motivación y coordinación interinstitucional, para reducir en las organizaciones terroristas el objetivo de llegar o pretender una asimetría de fuerzas, para disputar y ejercer control territorial.
Los diálogos de paz adicional de las acciones militares ciertas y contundentes se deben buscar, pero sin menoscabar el estado de derecho. El diálogo con grupos armados para lograr acuerdos de paz es necesario, pero sin pretender conceder más de lo legalmente posible, donde lo acordado con las FARC en 2016, debe ser el “MAAN[2]” utilizando términos de resolución pacífica de conflictos.
La prevención y desradicalización, juega un papel importante donde se promueva la desconfianza del extremismo violento y la desradicalización de individuos susceptibles de ser reclutados por grupos terroristas. Sin llegar a extremos de financiar potenciales violentos y terroristas como se pretende.
Los programas educativos, sociales y de reintegración para prevenir la radicalización y el reclutamiento, deben estar en el orden del día[3], pero bajo la dirección e iniciativa del gobierno.
Concluyendo, la prevención del terrorismo requiere una combinación de medidas multidimensionales, que incluye cooperación internacional y adaptación constante para enfrentar las amenazas cambiantes.
Interrogantes de reflexión final
¿Cuántos colombianos más deben morir en acciones terroristas de estos delincuentes disfrazados de guerrilleros altruistas?
¿Cuántas personas más serán afectadas en su integridad personal por ataques demenciales que muestran afectación en personas humildes y trabajadoras que buscan sostener su familia sin causar daño alguno y al contrario están encaminados hacia el progreso y prosperidad de sus familias y la sociedad?
[1] L'Institute for Economics & Peace est un groupe de réflexion de renommée internationale. Nous sommes des experts en matière de paix, de conflits et de risques, avec une mission, une influence et un impact mondiaux. www.economicsandpeace.org/wp-content/uploads/2024/06/GPI-2024-web.pdf
[2] El acrónimo “MAN” en resolución de conflictos se refiere a la “Mejor Alternativa a un Acuerdo Negociado”
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