Colombia Bajo Fuego Tecnológico: La Amenaza Creciente de los Drones Explosivos
- pestupinan
- 19 sept
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Breviario de Seguridad 002 de 2025
Bogotá, septiembre de 2025
Antecedentes
Los drones son aeronaves no tripuladas que pueden ser controladas de forma remota o programadas para operar de manera autónoma mediante sistemas como el GPS y diversos sensores. Estos dispositivos tecnológicos, cada vez más sofisticados, se están utilizando con fines tanto constructivos como destructivos.
A medida que la tecnología avanza a nivel global, los drones se han convertido en herramientas fundamentales para el progreso y el desarrollo en múltiples campos: operaciones logísticas, administración, recreación, agricultura e industria, entre otros. Sin embargo, su versatilidad también ha sido aprovechada por grupos criminales, quienes los emplean como instrumentos de violencia e intimidación para atentar contra miembros de la fuerza pública. Estas acciones, muchas veces ejecutadas de manera indiscriminada, representan un grave riesgo para la seguridad, ya que las autoridades no siempre cuentan con los medios adecuados para contrarrestar este tipo de amenazas.
Tabla 1. Evolución del uso de drones explosivos en Colombia
Periodo | Uso identificado | Actores involucrados | Zonas afectadas |
2018–2022 | Vigilancia y monitoreo de cultivos ilícitos | ELN, disidencias FARC | Tumaco, Nariño |
2023 | Primeros reportes de drones modificados con explosivos | ELN, Frente 33 | Cauca, Catatumbo |
2024–2025 | Ataques sistemáticos con drones bomba | Disidencias FARC, ELN | Cauca, Norte de Santander, Antioquia |
A comienzos de 2024, y ante el aumento de amenazas emergentes que se evidenciaron por primera vez el 21 de julio de 2023 en Puerto Guzmán, Putumayo, un estudio realizado por este Centro de Pensamiento concluyó lo siguiente:
• La aparición de drones en el conflicto armado colombiano resalta la urgencia de comprender y adaptarse a las nuevas tecnologías aplicadas a la guerra asimétrica, con el fin de garantizar respuestas que sean tanto proactivas como efectivas.
• El uso de estos dispositivos representa un claro indicador de cómo la tecnología está transformando la naturaleza de la guerra moderna.
• Las capacidades que los drones otorgan a los grupos guerrilleros no solo alteran el equilibrio de poder en el terreno, sino que también introducen desafíos complejos para la seguridad nacional y la estabilidad democrática, los cuales requieren una atención inmediata.
• Esta situación evidencia la necesidad imperante de adaptarse rápidamente a un entorno en constante evolución, caracterizado por la tecnificación del conflicto y la transformación continua que requieren las tácticas militares y policiales.
• Es fundamental que tanto la comunidad internacional como la fuerza pública articulen esfuerzos para diseñar respuestas innovadoras y eficaces que no solo mitiguen estas amenazas, sino que también contribuyan a preservar la estabilidad y la paz a largo plazo.
No obstante, tan solo entre mayo de 2025 y la fecha, se han registrado más de 70 ataques con drones explosivos, concentrados principalmente en los departamentos de Cauca y Norte de Santander, lo que confirma la rápida expansión y peligrosidad de esta amenaza emergente.
Nuestra realidad
Todo indica que el Gobierno colombiano no ha realizado esfuerzos suficientes —ni en lo económico y financiero, ni en lo estratégico y operativo— para ejercer un control real y eficaz sobre esta nueva forma de violencia que representa el uso criminal de drones para asesinar a uniformados de la fuerza pública e incluso atacar sus aeronaves. Las respuestas hasta ahora han sido escasas, y los mecanismos de control, son prácticamente inexistentes.
Tabla 2. Ataques con Drones Cifras Generales (2024–2025)
Año | Número de ataques | Uniformados muertos | Civiles heridos | Departamentos más afectados |
2024 | 108 ataques | 1 | 26 | Cauca, Nariño, Norte de Santander |
2025 (hasta agosto) | 118 ataques | 9 | 83 | Cauca, Bolívar, Antioquia |

Actualmente, los drones son comercializados y pueden ser adquiridos sin mayores restricciones en diversos puntos de venta del país. Esta falta de regulación facilita que organizaciones criminales accedan libremente a tecnología capaz de causar daños significativos, especialmente contra miembros de la fuerza pública. Estos servidores públicos, cuya labor es proteger la seguridad ciudadana, enfrentan una amenaza creciente sin los medios adecuados para defender sus vidas o neutralizar estos ataques. Así, su capacidad operativa se ve comprometida, dejando un vacío en la función esencial del Estado: garantizar la seguridad.
El Gobierno tiene la obligación de implementar medios eficaces de defensa y contramedidas ofensivas frente a esta nueva modalidad de amenaza, que se caracteriza por ser silenciosa, de difícil detección y altamente destructiva. En efecto, los uniformados están enfrentando un enemigo prácticamente invisible, un “fantasma” tecnológico que aprovecha la evolución del uso civil e industrial de los drones para fines militares, delictivos y terroristas.
Los terroristas de los grupos armados ilegales han logrado una ventaja táctica alarmante, utilizando esta tecnología para intimidar, atacar y desestabilizar. Frente a este panorama, el Estado no puede mostrarse inferior ni incapaz. Por el contrario, se requiere del Gobierno, una respuesta decidida, con acciones preventivas y correctivas concretas que limiten el uso indebido de estos dispositivos y protejan a quienes diariamente arriesgan su vida por la seguridad nacional.
Es imperativo que las autoridades se preparen ahora, antes de que la situación escale a niveles más dificiles de contener, si no se toman medidas urgentes, el escenario podría agravarse, con la posibilidad de que estos grupos terroristas conformen flotillas de drones armados para atacar instalaciones gubernamentales o incluso ciudades enteras, que no es una amenaza lejana, sino un riesgo real y potencialmente devastador.
En resumen, la seguridad de los colombianos y la estabilidad institucional del país no puede seguir viéndose superada por el avance tecnológico de grupos criminales. El momento de actuar es ahora: con legislación, inversión, inteligencia, cooperación internacional y una política pública clara y decidida frente a esta amenaza que, si no se enfrenta con contundencia, podría comprometer seriamente la paz y la democracia en Colombia.
La neutralización tecnológica es necesaria, pero es limitada
Los drones son dispositivos relativamente de bajo costo y fácil adquisición que representan una amenaza directa para instalaciones públicas y privadas. Estos dispositivos, operables tanto de día como de noche y difíciles de detectar, han superado muchas de las soluciones tecnológicas implementadas hasta ahora. Las organizaciones deben adoptar estrategias integrales que combinen seguridad física, electrónica y táctica para enfrentar esta amenaza emergente.
Es imprescindible la adquisición de tecnología avanzada capaz de neutralizar las señales emitidas desde los controles remotos de estos dispositivos, especialmente para proteger instalaciones militares, policiales y gubernamentales. Asimismo, se vuelve crítica la implementación de medidas de control efectivas y permanentes, tanto terrestres como aéreas, mediante radares y otros sistemas que permitan su detección y neutralización oportuna.
Escenarios posibles
Ante la demora en la implementación de soluciones eficaces y eficientes, y considerando el patrón de evolución delictiva en nuestro entorno, es previsible que, en el corto plazo, esta modalidad y capacidad delitiva de los grupos terroristas, con drones, sea utilizada para:
• Ataques híbridos replicados:
Uso recurrente de drones con cargas explosivas dirigidos contra activos privados, afectando instalaciones estratégicas como centros logísticos, plantas industriales o vehículos de transporte de valores, generando un impacto económico y operacional significativo.

• Expansión geográfica de la amenaza:
A partir del análisis de esta amenaza, y como se detalla en el cuadro anexo, es posible identificar diversas recomendaciones estratégicas que no solo representan medidas de mitigación, sino también oportunidades de negocio para el sector privado especializado en seguridad tecnológica y operativa.ación de estos ataques en nuevas regiones del país, lo que obligará a las entidades públicas y privadas a rediseñar rutas operativas, reforzar medidas de seguridad y adaptar sus protocolos de respuesta.
• Uso de drones para intimidación y extorsión:
Empleo de sobrevuelos intimidatorios sobre propiedades específicas, acompañados de comunicaciones amenazantes o la difusión de videos y fotografías captadas por estos dispositivos con fines extorsivos.
OPORTUNIDADES
Frente a la limitada capacidad de respuesta del Estado ante amenazas tecnológicas sofisticadas como el uso malicioso de drones, surgen oportunidades concretas para expertos en seguridad y empresas del sector. Estas oportunidades se derivan de la necesidad urgente de protección por parte de entidades públicas y privadas, generando un nuevo nicho de mercado para soluciones avanzadas de defensa, vigilancia y neutralización tecnológica.
A partir del análisis de esta amenaza, es posible identificar diversas recomendaciones estratégicas que no solo representan medidas de mitigación, sino también oportunidades de negocio para el sector privado especializado en seguridad tecnológica y operativa, como se detalla en el cuadro anexo.
Tabla 4. Recomendaciones estratégicas
Área | Acción sugerida |
Inteligencia | Fortalecer monitoreo de adquisiciones tecnológicas por grupos ilegales |
Defensa | Implementar sistemas de interferencia y neutralización de drones |
Cooperación internacional | Intercambio de experiencias con países que enfrentan amenazas similares (Ucrania, México) |
Ciudadanía | Campañas de sensibilización sobre riesgos y protocolos ante ataques |
Estas oportunidades vendrían a ser entre otras:
Creación de unidades privadas de defensa aérea táctica.
Venta y alquiler de sistemas C‑UAS adaptados al entorno colombiano.
Consultoría en seguridad anticipativa y monitoreo de amenazas aéreas.
Certificación de instalaciones críticas contra ataques aéreos no convencionales.
Auditoría aérea de instalaciones críticas
Diagnóstico de riesgos por drones en techos, accesos abiertos y zonas no protegidas.
Implementación de tecnologías C‑UAS
Integración de sistemas de detección por radar, visión nocturna, sensores acústicos y radiofrecuencia.
Capacitación del personal de seguridad privada
Entrenamiento específico en protocolos anti-dron, evacuación, y respuesta a intrusión aérea.
Establecimiento de redes de inteligencia privada colaborativa
Intercambio de alertas anticipativas sobre actividad aérea irregular o amenaza inminente.
CONCLUSIÓN
El uso de drones explosivos en Colombia ya no es una posibilidad futura, es una amenaza actual que se ha materializado, donde no solo las autoridades sino los apoyos representados en la industria privada de seguridad deben asumir un rol proactivo, adoptando tecnologías y estrategias que le permitan mitigar los efectos de esta evolución del conflicto armado.
La anticipación será la clave de la resiliencia. Así como los grupos subversivos han aprendido nuevas técnicas y tácticas de la guerra de Ucrania también surgen nuevas posibilidades para el sector defensivo como la adopción privada de defensas anti-dron.
Es importante que las empresas comiencen a invertir en sistemas de detección y neutralización de drones, junto con la capacitación de personal especializado.





