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EL SENTIR DEL PRESIDENTE ANTE ORGANISMOS INTERNACIONALES, NO ES EL SENTIR DE TODOS LOS COLOMBIANOS


Postillas de coyuntura - 020/24 


Bogotá, noviembre de 2024


 

I. Unos conceptos para aclarar


• Sentir político




El "sentir político" se refiere a las emociones, percepciones y actitudes que las personas tienen hacia la política y los actores políticos. Este concepto abarca una amplia gama de sentimientos, desde la confianza y el entusiasmo hasta la desconfianza y el desencanto. El sentir político puede influir en el comportamiento electoral, la participación cívica y la estabilidad de las instituciones democráticas.

 

En Colombia, como en muchos otros países, el sentir político puede estar marcado por factores como la historia del conflicto armado, la corrupción, las promesas incumplidas y las expectativas de cambio. Estos sentimientos pueden variar significativamente entre diferentes grupos sociales y regiones del país.


Sentimiento de los colombianos

La población colombiana presenta un sentimiento político disímil y confuso, manifestando una mezcla de esperanza, desconfianza y polarización. Una encuesta de comienzos de año señalaba que, el 66% de los colombianos se sienten felices o muy felices, a pesar de las dificultades económicas y políticas. Sin embargo, el 42% considera que la democracia en el país ha empeorado en el último año.

La confianza en las organizaciones políticas es baja, y muchos ciudadanos sienten que estos no representan debidamente sus intereses. Además, hay una creciente afinidad con la izquierda política, con un 23% de los colombianos identificándose con esta ideología.

Estos sentimientos reflejan una sociedad que, aunque enfrenta desafíos significativos, mantiene un nivel de optimismo y busca cambios en el panorama político.



II. Situaciones para resaltar


Queremos hacer notar que la apreciación de un gobernante como el presidente Petro, es un sentir político más no es el sentimiento de todos los colombianos que no compartimos el apoyo a Países como Cuba y Venezuela, dónde sus gobernantes han acabado con las democracias y han atentado contra los derechos de sus ciudadanos.


La mayoría de los colombianos no estamos de acuerdo con los narcoterroristas de las disidencias de las FARC y el ELN grupos de delincuentes que apoyaron la elección del presidente de la República Gustavo Petro, quien no ha asumido el cargo para defender los derechos y las libertades de los nacionales y ha mostrado que en su gobierno ha habido casos de corrupción más graves que el de los gobiernos anteriores.


Las promesas hechas por el hoy presidente antes de su elección fueron falsas y mentirosas, ya que engañaron a muchos colombianos que votaron creyendo que las iba a cumplir cuando al contrario llegó al Poder y no le ha interesado realmente el País, ya que antes de estar criticando otros países debería atender la problemática de inseguridad que registra Colombia donde la fuerza pública antes de su mandato enfrentaba a las narcoguerrillas y en estos momento no se combaten incumpliendo el mandato constitucional.


III. Un deber ser en veremos


Los pueblos en el mundo merecen el respeto de los gobernantes que han llegado a ser presidentes en algunos casos sin merecerlo. Se evidencia un vacío ante la no existencia de una autoridad que exijan el cumplimiento de la Constitución Política y un mandatario que quiere administrar justicia como si fuera juez o quiere pasar por encima de los jueces de la república o magistrados de las altas cortes.


Los derechos y las libertades de los pueblos no tienen por qué ser tenidos sólo en letra muerta en las constituciones políticas de cada país. Partiendo de entender que todo presidente debe estar sometido al cumplimiento de la Constitución y las leyes de la república y no a pasar por encima de su cumplimiento 


Las democracias requieren de un compromiso responsable con toda una sociedad sin hacer discriminación alguna en contra de las personas. Es de agregar que las acciones terroristas en contra de personas no es un valor sino al contrario son actos salvajes e intolerantes por cuanto la vida humana está superior a cualquier consideración. La vida, la honra y la propiedad de las personas deben ser un compromiso de los gobernantes de todo corriente, partido o grupo político.


Discursos y posiciones personales ante organismos internacionales, no representan el sentir de los colombianos que lo que deseamos y propendemos es una nación soberana y libre, lejos de influencias y tendencias sociopolíticas que destruyen la nacionalidad, la historia, la cultura, las costumbres y sobre todo la familia como esencia de la nación.

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